Lo preocupante es que estamos en este segundo caso. Estamos consumiendo mucho más de lo que nuestro planeta puede generar. Pero no todos los habitantes estamos consumiendo por igual, y es justo aquí donde entra nuestra responsabilidad como habitantes de un país desarrollado que lleva un tren de vida despilfarrador, apropiándose no solo de sus propios recursos, sino también de los de países empobrecidos y países emergentes de África, Asia o América Latina. Generando un sistemas de desigualdad a nivel planetario. Un ejemplo es el caso del consumo de agua en España, que con una población de 47 millones de personas, que supone menos del 0,07% de la población mundial consume el 1,6% del agua total mundial.
Comparto las palabras de Samuel Martín Sosa, de Ecologistas en Acción, en articulo publicado en El País: "los países ricos necesitamos consumir menos recursos y no solo hacerlo más eficientemente. Solo así otros habitantes del planeta podrán aumentar su consumo hasta llevar una vida digna. La sobre explotación de los recursos es por tanto un asunto no solo de sostenibilidad, sino también de justicia social."
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