Piensa
en un día cualquiera. En mañana, por ejemplo. Tienes la opción de pasarlo bajo
una capa de indiferencia o como un ciudadano comprometido con los más
vulnerables. Tú eliges.
Sé
que a estas alturas de post ya estarás pensando que soy el pesado de una ONGD
con mi charla moralista. Lo primero es cierto, lo segundo no tanto, o eso voy a
intentar. Tampoco te voy a pedir dinero, no te asustes. Sólo quiero compartir
contigo algunos gestos diarios a través de los que puedes poner un granito de
arena para contribuir a la lucha contra la pobreza. Pretendo convencerte de que
en tu día a día puedes mejorar el mundo. Si no lo consigo, te aseguro que
volveré a intentarlo porque te necesitamos para lograr este objetivo, aunque la
próxima vez intentaré hacerlo mejor.
Volvamos
a ese día cualquiera. Antes de que hayas salido de tu casa para ir al trabajo o
a estudiar, habrás interactuado con medio mundo. Tu café probablemente será
brasileño o vietnamita, el agua de la ducha se habrá calentado con gas que casi
con toda seguridad será iraní, tu ropa puede que sea de
algodón del Norte de África y haya sido cosida en Bangladesh,… ¡Eh! No te
olvides del móvil antes de salir. Seguramente contendrá litio chileno, coltán de
República
Democrática del Congo y habrá sido fabricado en China para una
empresa europea o norteamericana.
Tienda de Comercio Justo |
Muchos
de estos materiales y productos se extraen y fabrican en países del Sur bajo
condiciones laborales abusivas, generando impactos sociales y también
medioambientales negativos. Tú puedes contribuir a cambiar esta situación a
través del consumo responsable: reduce la cantidad de cosas que compras,
reutiliza y recicla, compra a empresas con reconocidas políticas de responsabilidad social, en
tiendas de comercio justo y
productos ecológicos y en pequeñas tiendas de barrio en vez de en grandes
superficies. Como decía @imilleiro en un tuit,
“Convierte tu carro de la compra en un carro de combate por un mundo mejor
#ComercioJusto”.
Espero
que al final no te olvidaras el móvil en casa. Si es así, como un buen
porcentaje de la población española, probablemente irás en el metro o autobús
(el transporte público es más ecológico) conectado a redes sociales,
comunicándote con tus amigos y familiares. No te olvides del potencial que
tienen estas redes para cambiar las cosas. Puedes difundir noticias y acciones
de organizaciones y movimientos sociales, organizar tu propia campaña sobre un
tema que te interese e incluso contactar con el mismísimo presidente del
gobierno para hacerle llegar tus reivindicaciones. Por si no le tienes fichado,
su usuario en Twitter es @marianorajoy.
Fin
de la jornada laboral. ¿Qué tal una película o unas cañas con los amigos?
¿Tienes que sacar dinero? También aquí puedes marcar la diferencia. Hay
bancos que invierten en la industria armamentística, industrias
extractivas que tienen un negativo impacto medioambiental y social, en
operaciones especulativas con alimentos, etc. Si trasladamos nuestros ahorros a
la banca ética,
evitaremos que se realicen inversiones que generen impactos negativos sobre los
países del Sur.
Si
todavía tienes un rato libre, puedes apoyar las acciones que organizamos desde
el tercer sector, en la web de la Coordinadora de
ONGD tienes un directorio para que encuentres las propuestas más
interesantes para ti.
Todo
esto y mucho más puedes hacer en un día cualquiera. Imagina las posibilidades
que tiene si ese día es especial, por ejemplo un día de elecciones. Con tu voto
no sólo estás decidiendo las políticas a aplicar en España, sino también otras
muchas con importantes repercusiones sobre los países del Sur: cooperación
internacional, deuda externa, comercio internacional, derechos humanos, cambio
climático,… Si vas a votar, busca y analiza los programas
políticos de los partidos y ten en cuenta qué proponen hacer en
estas materias antes de depositar tu voto. Tampoco te olvides que la democracia
no se limita al día de las elecciones y que puedes proponer y reclamar cambios y
mejoras en cualquier momento y a través de diferentes
canales.
Como
te decía, la lucha contra la pobreza se libra cada día y nosotros elegimos el
bando en el que estamos cuando decidimos qué consumimos, a quién votamos, en qué
entidad bancaria guardamos nuestro dinero, qué periódico leemos, de qué hablamos
con nuestros amigos, etc.
Casi
cualquier cosa que hagamos puede tener un enfoque solidario. Incluso cosas que a
priori identificamos como molestas –por ejemplo, gritar, tocar el pito o golpear
una cacerola- pueden ser de ayuda. No te cuento más sobre esto último, sólo que
el 17 de octubre queremos hacer mucho
ruido contra la pobreza. Te iremos contando en la web de la
campaña Pobreza Cero. Contamos
contigo.
Por
Jorge Castañeda
Pastor, ONGAWA - Grupo de Trabajo de Pobreza
Cero
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